Despues de unos pasos...


Silenciosamente camine hacia aquella puerta. El miedo corría fuertemente por mis venas en compañía de la adrenalina. La abrí con mucho cuidado, entre, y todo estaba totalmente oscuro. Después de unos segundos mi vista se adapto y puede observar con claridad la inmensidad de aquella casa. Era hermosa, un poco victoriana, simplemente bella. Seguí caminando con cuidado hasta encontrarme con unas escaleras largas y tenebrosas. Nerviosa decidí subir, había mucho polvo. Me topé con un largo pasillo. Mientras caminaba escuchaba ruidos muy bajos, pasos, respiraciones, estaba asustada, pero no deje de caminar, mantuve mi postura firme y alerta. En eso observe una gran ventana en uno de los cuartos. Me pareció increíble la vista y me dirigí hacia ella. Una inquietante y escalofriante brisa abrazó mi piel en el momento que entre a aquella habitación, recorrió mi cuello, mis manos, mis pies, todo mi ser. Me senté sobre el marco de la ventana, excitada por aquella brisa, disfrutando cada segundo. Todo se sentía tan solo y calmado en ese momento, hasta que sentí una presencia atrás de mí, me baje de la ventana, di la vuelta lentamente, y pude ver una gran y esbelta silueta delante de mi, se fue acercando hasta que la luz iluminara su rostro. Era perfecto, tenía el cabello liso, largo y un poco oscuro, estaba algo bronceado, sus ojos eran de un color grisáceo, parecía que lo hubieran sacado de mi mente y lo dibujaron tal cual. Se acerco más a mí y me acaricio con dulzura el rostro. – Hasta que te dignaste a venir. ¿Acaso mis apariciones en tus sueños no eran suficientes?.- Quedé un poco atontada al escucharlo decir eso. - ¿En…en mis sueños?. – Si.- Bueno, esta casa me daba mucho miedo.- ¿Daba? ¿Porqué ya no?. – Eh… no tengo idea. – Jajá! Me encantas.

Nos mirábamos fijo, nuestras miradas estaban muy compenetradas, mi corazón latía fuerte, sus manos temblaban, estábamos muy nerviosos. EL viento comenzó a soplar más y más fuerte a medida que nos acercábamos. Mi mano le acaricio el cabello con cierto temor, el se froto con ella, ahí supe que deseábamos lo mismo. Me beso tiernamente acariciándome el cuello, yo lo tocaba dulcemente, paseaba mis manos por todo su cuerpo, el comenzó a hacer lo mismo. De repente el deseo creció y me monto de nuevo sobre el marco de la gran ventana, me rompió la camisa con una fuerza increíble, beso apasionadamente todo mi pecho, yo me excitaba mucho más a medida que pasaban aquellos largos segundos, lo bese, le quite el abrigo, el se deshizo de mis pantalones, yo igual de los de el. Quedamos los dos desnudos a la luz de la luna en el marco de la ventana. Hicimos el amor mágicamente, nuestros cuerpos estaban perfectamente sincronizados, todos nuestros músculos estaban fuertes, nuestra piel erizada, hasta el ultimo rincón de nuestros cuerpos estaba al limite de la excitación. Nuestras respiraciones se hacían cada vez más fuertes, sentía su aliento en mi cuello, con sus brazos me presionaba fuerte hacia el, me sentí suya, totalmente suya. Comenzamos a bajar el ritmo, me miro con cariño, igual yo a el. Lo saco… y me abrazó con mucho deseo, me dijo que me amaba y me penetro fuertemente. Me besaba con pasión, se movía cada vez más rápido, lo cual hizo que tuviera un orgasmo, el siguió, fuertemente, me halaba el cabello, me mordía, yo lo rasguñaba, con más fuerza, lo mordía sensualmente, lo besaba por todo su cuerpo, absolutamente todo su cuerpo...se contraía con mis besos, me rogaba que siguiera. El me halo el cabello con mucha fuerza y me coloco de espaldas y me penetro con mucha fuerza, iba muy rápido, me acariciaba, me mordía una y otra vez y BOOM!! Otro increíble orgasmo. Nunca me había sentido tan feliz en mi vida, era perfecto, todo se había quedado en un silencio absoluto y solo me ocupaba en sentir. Terminamos aquello, y no queríamos separarnos, había un lazo muy fuerte entre los dos. Me despedí tiernamente, el me acaricio los labios, los miro con deseo y...simplemente desaparecio.

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