Sorpresa! (basado en hechos reales)


Corrían fuerte las pequeñas hurones. Corrían y corrían tratando de huir de aquellos lobos que las perseguían. Los viejos lobos les habían dicho que nunca les harían daño pero lastimaron algo muy poderoso. Sus corazones. Las hurones cegadas por el miedo, la rabia y la desesperación, decidieron asesinarlos, pues el hecho de que sean pequeñas y jóvenes no implica que sean estúpidas e inocentes!. Pasaron meses planeando su ataque, calculando cada detalle, corrigiendo cada error. Sedujeron a los viejos lobos, aplicaron cada técnica sobre ellos, jugaron con sus mentes, los torturaron sexualmente, en fin, los manipularon de tal modo que ellos estaban a sus pies, ya que el deseo y la lujuria que sentían por ellas era demasiado grande, así dejándoles el camino más fácil a las hurones.

Ellas sabían absolutamente todo sobre ellos pero ellos estaban tan embobados que no se dieron cuenta que no sabían nada respecto a ellas, pues las hurones habían planeado todo a la perfección, y dominaron sus mentes de todas las maneras posibles e existentes. Un día las jóvenes hurones decidieron ir a encontrarse con los lobos. Ya había llegado la hora.

Entraron en sus guaridas, conversaron, tuvieron sexo, el más salvaje y lujurioso sexo, los excitaron una y otra vez, los hicieron acabar cientos de veces, ¡le dieron el placer más grande de toda su vida! Hasta que llego un punto en que los lobos se quedaron si fuerzas, ya no podían continuar, estaban muy cansados y débiles. Las hurones esperaron pacientemente a que los lobos quedaran profundamente dormidos y allí atacaron. Delicadamente les colocaron a cada uno encima de sus cuellos unas gigantescas hojillas tipo medievales, les amarraron las patas, les vendaron los ojos, y los acostaron sobre piedras.

Lentamente cada una le agarro el pene a los lobos y con tijeras de jardín se los cortaron. Al hacer aquello los lobos por reflejo se alzaron haciendo que sus cuellos pasaran por las grandes hojillas quedando decapitados. Ya muertos, las pequeñas hurones les quitaron el pelaje, los lavaron, los picaron, gustosamente los cocinaron y los repartieron entre sus familias.

Moraleja: ¡Nunca! Juzgues a una persona por su edad o apariencia, pues no sabes que sorpresas te dará.

4 comentarios:

Eva dijo...

Hahahahahahaha !!! .. Heyyy.. esto se me hace tan familiar 8-).. Lobos viejos.. ñam.. Y los serviremos en sopita :D

Milehart dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Milehart dijo...

hahahaha.. sabroso! ñam,ñam! una parrilla loobuna! hahaha rico

Anónimo dijo...

Decentemente te digo: You Are Gay xD

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